Otro pueblo de fin de carretera. En este caso, se llega a las Peñas de Herrera, en los límites del Parque Natural del Moncayo. El pueblo se reparte por una ladera, que corona un castillo, y las marchas senderistas son de las más valoradas de Aragón. La iglesia de San Pedro Apóstol, en el centro del pueblo, y la belleza del barranco de Valdeherrera suman argumentos para acercarse por el pueblo, que tiene hermosas casas rurales y un buen albergue municipal.
Heraldo
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